martes, 22 de febreiro de 2011

Cando dúas criaturas se recoñecen ... ámanse!


                                   Diario de Adán.
Lunes.- Esta criatura nueva de pelo largo es bastante entrometida. 
Siempre está dando vueltas a mí alrededor, siguiéndome a todas partes. No 
me gusta esto; no estoy acostumbrado a la compañía. Ojalá se quedase con 
los demás animales... está nublado hoy, hay viento del este; creo nos tocará 
lluvia... ¿nos? ¿De dónde saqué esa palabra? Ahora me acuerdo: la criatura 
nueva la usa. 




                                  Diario de Eva.


Viernes.- Lo vi otra vez, durante un momento, el lunes pasado al ano- 
checer, pero sólo un instante. Esperaba que me elogiara por mis intentos de 
mejorar el lugar porque yo tenía buenas intenciones y trabajaba mucho. Pero 
no estaba contento, y se dio media vuelta y me dejó. También estaba des- 
contento por otra cosa: yo traté una vez más de convencerlo de que dejase 
de ir a las Cataratas. Eso fue porque el fuego me había revelado una pasión 
nueva, totalmente nueva, y claramente distinta del amor, de la pena y de 
esas otras que ya había descubierto: el miedo. ¡Es horrible! Ojalá nunca la 
hubiese descubierto. Me da malos momentos, arruina mi felicidad, me hace 
estremecer y temblar y sobresaltarme. Pero no pude persuadirlo, porque él no ha descubierto el miedo aún, y por eso no puede comprenderme. 

                                                                                                               Mark Twain

xoves, 17 de febreiro de 2011

Historia compartida entre Samu, San Sebastián e eu.

Nació en Narbona (Francia) en el año 256, pero se educó en Milán. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios de idolatría. Como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de su religión. Fue denunciado al emperador Maximiano, quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo. El santo escogió la milicia de Cristo; decepcionando al emperador, le amenazó de muerte, pero Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximiano, le condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos, se acercaron y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene, que lo mantuvo escondido y le curó las heridas hasta que quedó restablecido. Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero Sebastián se negó rotundamente. Se presentó con valentía ante el emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y Sebastián le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Murió en el año 288.

luns, 14 de febreiro de 2011

"Yuu raku shu do fu ken"

"Xoga libremente, estuda o camiño e verás o vento".  ( Zeami, profesor de actores.
  De "El actor invisible" de Yoshi Oida. (Ed Alba).

                            

luns, 7 de febreiro de 2011

R. Zucco de B. M. Koltés. (Debe ser lido a ritmo de blues).

Quero marcharme. Hai que marchar rápido. Vai demasiada calor, nesta merda de cidade. Quero ir a África, baixo a neve. Teño que marchar porque vou morrer. De todos xeitos, ninguén se interesa por ninguén. Ninguén. Os homes precisan ás mulleres e as mulleres aos homes. Pero o que é amor, non hai. Excítome cos homes por compaixón. Gustaríame volver a nacer cadela, para ser menos desgraciada. Cadela abandoada, remexendo no lixo; ninguén se fixaría en min. Gustaríame ser unha cadela amarela, roída pola sarna, da que a xente se aparta sen prestarlle atención. Gustaríame ser unha buscadora de lixos por toda a eternidade. Creo que non hai palabras, non hai nada que dicir. Hai que deixar de ensinar palabras. Hai que pechar as escolas e ampliar os cemiterios. De todos xeitos, un ano, cen anos, dá igual, antes ou despois temos que morrer, todos. E iso, e iso é o que fai que os paxaros canten e os paxaros rian.